Es un si, pero no

Es un sí, pero no, continuo, como si anduviera en el ojo de un huracán y según por donde le estirara el vendaval las cuerdas vocales, emitiera un si largo y angustiado, o un no cortito, bajo y casi imperceptible, si pretendo adivinárselo leyéndole los labios.

Es un si, pero no y yo lo entiendo, ¿cómo no lo iba a entender? y así me veo en la disyuntiva de no saber si so o si arre, si me visto de hojalata y sigo el camino dorado empedrado o si por contra destapo el tapón transparente del flotador y que vaya deshinchándose, hasta que sea imposible mantener en la superficie a ninguno de los dos.

No sé qué hacer, pero el tiempo juega en mi contra, el muy hijo puta, que no se ralentiza, ni da tregua, ni prórroga, ni hostias en vinagre (bueno, de estas últimas tal vez si), pero sea como sea, no sé qué hacer ¡joder!

No quiero forzar situaciones y me gustaría pensar que mis teorías son tan certeras como la de que el puto universo entero giraba a nuestro alrededor, hay que joderse con el geocentrismo...

Me pregunto si sería capaz de estar así por los siglos de los siglos y sé que en el fondo si, pero no, exactamente igual que le está pasando a él y ese plato alimenta pero no se degusta con el placer, que a falta de orgasmos, nos da la comida.

Es un si, pero no y a mí me gustan la hostia las norias aquellas antiguas que movían molinos, pero el agua del río está que te mueres de fría y cada vez que me remojo me asaltan las dudas de si valdrá la pena el paisaje precioso que se ve desde allá arriba