Tengo una patata caliente en las manos
Tengo una patata caliente en las manos y no sé qué hacer con ella.
No puedo pasarla a nadie porque solo a mí me pertenece.
No puedo comérmela y hacer como que nunca la vi porque aunque la expulsara en forma de mierda, continuaría siendo exactamente la misma patata caliente que me pertenece.
Tengo una patata caliente en las manos y me dice que no es importante para él, que me quiere tal y como soy, pero hostias, no sé cómo demonios ha aparecido esta patata caliente entre mis manos si no ha sido porque él y solo él la ha depositado en mis manos o, más bien, me ha trazado el camino exacto para que mi mano encontrara al fondo de mi bolsillo, según palpas a tu derecha, una patata caliente que me abrasa en la mano y que sin yo haberme parado nunca a pensar, llevaba ahí dentro desde hace más de veinte años.
Tuve varias relaciones, pero ninguna pudo calificarse de pareja al uso, es decir, más que andar con pareja yo andé de colegueo , de modo que nunca pude practicar las cosas que caminando de la mano de alguien aprendes que debes hacer por el bien común.
Yo siempre fui libre, como un jilguero, como un gato silvestre o como una rata de esas, gordas como conejos, que andan acercándose a restos de basura sin preguntar si pueden, deben o es apropiado.
No pregunto, no cuento con la opinión del otro, actúo a fuerza de haber andado sola más de veinte años y tener esa lógica costumbre de no preguntarme a mí misma si estoy de acuerdo en ir hacia la derecha o si tal vez debería ir hacia la izquierda.
Pero los tiempos han cambiado Valenia y todo privilegio conlleva sus concesiones, al menos así debería de ser y yo he comenzado, lo que la naturaleza acostumbra a dar a conocer en la primera juventud, con cuarenta y un tacos del ala y se ve que mi capacidad de adaptación es una mierda pinchada en un palo y ni siquiera me doy cuenta de que no lo estoy haciendo bien.
Me gusta crecer como persona a cada situación que se me presenta y esta patata caliente que tengo en las manos es una buena oportunidad, aunque no sepa por dónde empezar a comérmela, ni tenga hoy demasiado apetito.
Comentarios
Publicar un comentario