Construyendo Identidad
Que hoy he soñado, en otra vida, en otro mundo.
Leo un artículo que versa sobre cómo van cambiando nuestros gustos, nuestro sistema de creencias, que a su vez conforman nuestra identidad, a lo largo de los años.
Y se me ocurre hacer una pequeña lista de cosas que recuerdo que me gustaba hacer de joven y cosas que me gustan hacer actualmente.
De pronto se dibuja una lista de aficiones que ya desaparecieron y otras que se han mantenido a lo largo de los años y también una bienvenida a gustos nuevos que en mi juventud no asomaron por mi corteza prefrontal o por donde tuvieran que asomar para que la Miriam de aquellos años diera pasos en una dirección u otra.
Mientras estaba haciendo memoria y tratando de recordarme, andaba escuchando a Los Secretos (gusto que compartimos la Miriam de 20 y la de 48) y en la voz de Urquijo, de pronto me chivó una de mis aficiones que, por intensa y enrevesada tal vez no hubiera sabido enumerar, "Perseguir sueños rotos".
Recordé de pronto, cómo me empeñaba, cíclicamente en recordar idealizadas relaciones de mi pasado que, ni habían sido tan ideales, ni yo había sido tan feliz en ellas.
Perseguía sueños rotos sin importarme cortarme con los restos del naufragio, cayendo una y otra vez en episodios intermitentes de adrenalina para hoy y mucho cortisol y pena para mañana.
En la lista de la juventud dibujo a una Miriam a la que le gustaba tomar el sol, escuchar música, leer, escribir y perseguir sueños rotos.
En la lista de la madurez dibujo a una Miriam a la que le gusta el senderismo, el cine y el teatro, la política, leer, escribir y el realismo en su conciencia del presente y la anticipación de su futuro.
Observo que ambas Miriam conservan un vínculo en común desde tiempos pretéritos, leer y escribir.
Así que comprendo que me quedan aún, si la vida me da la oportunidad, varias Miriam por descubrir. Bienvenidas sean todas.
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