Especies distintas

Me alucina por el mero hecho de que me confirma que, efectivamente, el dinero, el mucho, muchísimo dinero, no da la felicidad. Aunque ayude, aunque pueda hacer el camino más fácil, más sencillo.

Yo no se cuánto de feliz es en su vida. Puedo imaginar que, efectivamente lo es, pero por mor de eso llamado rutina y el pasar del tiempo, le vengo a sacar esa sonrisa para el corazón que todos necesitamos de vez en cuando y que yo, fuera de todo contacto y relación con su realidad, le aporto.

Su vivienda viene a ser algo de ricos multiplicado por 40.000, algo inimaginable para personas de clase media trabajadora.

Sin embargo, no me cambiaba mi casa, lejos de mis padres, que van camino de viejitos, por cocinas enormes, vestidores inacabables, cocinas con neveras para alimentar a cuatro familias o comedores con mesa para 15 comensales...si yo no soy muy dada a las reuniones sociales...

Con todo, siento alegría por él, me surge una enorme sonrisa mientras alcahueteo el que creo es el plano de su casa. Alegría porque cuando se lo ha comprado es porque le hacía ilusión vivir en una vivienda así y todo lo que pueda hacerle feliz, yo lo celebro.

Imagínate meter en una caravana de 21 años a alguien que se maneja en esos escenarios...madre del amor hermoso...

Imagínate haberlo metido en un carro tienda...me parto de risa solo imaginarlo...

Imagínate tirarme un pedo al lado de alguien con un palco de empresa en el campo de fútbol del Castelló...

Imagínate yo, con mis pelos en la barba (porque no me los veo y porque soy cero presumida) y mis canas por montera, al lado de un chico que ha estado toda la vida rodeado de niñas pijas...aunque me consta, por lo que vi, que su chica es mucho más "normal" y desenfadada en su forma de vestir, de lo que tal vez me hubiera imaginado para una pareja suya.

Se que, tal vez, he estado toda la vida construyendo una imagen de él que tal vez no le represente. Hoy venía pensándolo mientras caminaba. 

Que alguien que siente cierta curiosidad por una mujer como yo, tal vez sea porque no es tan sumamente pijo como lo he imaginado yo siempre.

Aún así, sigo pensando en que me cuesta, incluso, imaginarme con él en un ámbito más allá de una clara compartida, en la terraza de un bar, en cualquier lugar, que en un ámbito sin ropa, como si fuéramos seres antagónicos de especies animales distintas...yo qué se, una cebra con un caballo...se parecen, pero no.

Cuando me dijo que había escrito un libro, de pronto se me revolucionó toda la imagen que de él había construido y me vi elucubrando que, tal vez, no nos diferenciábamos tanto...sin embargo, aún con nuevos conocimientos sobre su persona, hay un montón de tabúes que me alejan de él, siquiera como futuro y estable amigo, porque me siento en las antípodas de lo que creo, que para él, podría ser interesante...yo qué se...

En cualquier caso lo cierto es que cada pocos meses, tres, cuatro meses, si yo no le digo nada, él me escribe, me pregunta que qué tal estoy y eso me cuenta que siente un interés, curiosidad o conatos de afecto teñido de amistad, que me lleva a sopesar cuánto de él no conozco en realidad.

Ya no soy una niña, tampoco una adolescente. La juventud ya se me escapó hace años y el camino de la madurez me ha dado herramientas emocionales que antes desconocía. 

Es por eso que tal vez, algún día, nos demos la oportunidad de conocernos, por fin, después de la friolera de...36 años...

Será bonito poder hacerlo y poder constatar, que en el fondo, más pobre, más rico, no son tantas las diferencias.

Ojalá.


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